El violín de Becho es una historia que cuenta el legado de Carlos Julio Eizmendi Lovisetto, un reconocido violinista uruguayo. Nacido el 7 de febrero de 1932 en Lascano, Rocha, Becho Eizmendi dejó un impacto significativo en la música clásica y en la cultura de su país.
Primeros años y formación musical
Becho Eizmendi creció en un ambiente donde la música estaba presente desde temprana edad. Su padre, Ángel Eizmendi Méndez, era peluquero, y su madre, Herlinda Lovisetto Agresta, era maestra. A los cinco años, Becho fue inscrito en la Escuela de Varones N.º 74 de Lascano en segundo año, mostrando una asimilación natural del programa de estudios.
A los ocho años, comenzó sus estudios de música con el maestro Camilo Boronat, director de la Banda de Música de Lascano. Inicialmente, Becho se interesó por el saxofón y comenzó a tocarlo en esa agrupación musical. Sin embargo, su pasión por el violín comenzó a surgir y decidió estudiar este instrumento en paralelo.
A medida que Becho progresaba en sus estudios, viajaba a Treinta y Tres para recibir lecciones de violín. Después de completar sus estudios preparatorios, se mudó a Montevideo, ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad de la República y continuó su formación musical con varios profesores.
A los 17 años, Becho realizó su primer concierto en el teatro 25 de mayo de Rocha, demostrando su talento y habilidad en el violín. A los 21 años, ingresó a la Orquesta Sinfónica del SODRE (Servicio Oficial de Difusión, Radiotelevisión y Espectáculos), donde permaneció durante 18 años, dando conciertos en todo el país.
Después de su exitoso paso por el SODRE, Becho Eizmendi viajó al extranjero, ofreciendo innumerables conciertos en lugares como La Habana, Hamburgo, París y Múnich. Fue contratado por la Orquesta Sinfónica de Maracaibo, Venezuela, y por la Orquesta Sinfónica de La Paz, Bolivia, donde también se desempeñó como director del Conservatorio Musical. Posteriormente, regresó a Uruguay y se reincorporó al SODRE. En su tercer viaje a Europa, tuvo la oportunidad de integrar la Orquesta Filarmónica de Múnich por invitación.
En este período, Becho Eizmendi también formó una estrecha relación con el reconocido cantautor uruguayo Alfredo Zitarrosa. Zitarrosa quedó conmovido por la manera en que Becho tocaba el violín y compuso la milonga el violín de becho en su honor. Esta canción se hizo famosa y contribuyó a la popularidad de Becho y su música.
El legado de Becho Eizmendi
Trágicamente, Becho Eizmendi falleció el 21 de mayo de 1985 en el Hospital de Clínicas de Montevideo a los 53 años de edad. Sin embargo, su legado perdura en la memoria de quienes tuvieron la oportunidad de escucharlo y admirar su talento.
En junio de 2005, se promulgó una ley que designó a la Escuela N.º 93 de la ciudad de Lascano con el nombre de carlos julio ‘becho’ eizmendi, como un homenaje a su contribución a la música y a su ciudad natal.
El violín de Becho y su impacto en la cultura uruguaya
El violín de Becho se convirtió en un símbolo de la música clásica en Uruguay. Su virtuosismo y pasión por el violín lo llevaron a explorar diferentes estilos musicales y a ofrecer conciertos tanto en su país como en el extranjero.
La relación entre Becho Eizmendi y Alfredo Zitarrosa también dejó una huella profunda en la cultura uruguaya. La canción el violín de becho se convirtió en un himno para muchos y la interpretación de Becho se volvió icónica.
Discografía de Becho Eizmendi
- Becho y su violín (Ayuí / Tacuabé a/d1972)
Esta grabación es una muestra del talento y la maestría de Becho Eizmendi en el violín. A través de su interpretación, se puede apreciar la pasión y la emoción que transmitía con cada nota.
El violín de Becho y los Violines de la Esperanza
Es importante mencionar que el término violín de becho también se utiliza para referirse a la colección de instrumentos de cuerda relacionados con el Holocausto en Tel Aviv, Israel, conocida como los violines de la esperanza. Esta colección, propiedad de Amnon y Avshalom Weinstein, tiene como objetivo educar y conmemorar las vidas de los prisioneros en los campos de concentración a través de conciertos, exposiciones y otros proyectos.
Si bien estas dos referencias comparten el nombre violín de becho, son historias completamente diferentes pero igualmente importantes en el entorno de la música.
La historia de Becho Eizmendi y su violín es un testimonio de talento, dedicación y pasión por la música clásica. Su legado perdura en la memoria de quienes tuvieron la oportunidad de escucharlo y su influencia en la cultura uruguaya es innegable. A través de su interpretación magistral, Becho Eizmendi logró transmitir emociones y dejar una huella imborrable en la música clásica de su país.
¿Cuál fue la relación entre Becho Eizmendi y Alfredo Zitarrosa?
Becho Eizmendi y Alfredo Zitarrosa tuvieron una estrecha relación basada en el respeto y la admiración mutua. Zitarrosa quedó conmovido por la manera en que Becho tocaba el violín y compuso la milonga el violín de becho en su honor.
¿Cuál es la discografía de Becho Eizmendi?
La discografía de Becho Eizmendi incluye el álbum becho y su violín (Ayuí / Tacuabé a/d1972), donde se puede apreciar su virtuosismo y talento en el violín.
¿Qué son los Violines de la Esperanza?
Los Violines de la Esperanza es una colección de instrumentos de cuerda relacionados con el Holocausto en Tel Aviv, Israel. Estos violines se utilizan para educar y conmemorar las vidas de los prisioneros en los campos de concentración a través de conciertos, exposiciones y otros proyectos.
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