El experimento del violinista en el metro de Washington realizado por Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del entorno, ha revelado una interesante reflexión sobre la apreciación y reconocimiento del arte en un contexto cotidiano. Este experimento fue llevado a cabo por el diario 'The Washington Post' y ha generado un debate sobre cómo la belleza puede pasar desapercibida en situaciones comunes.
El experimento y su objetivo
El experimento consistió en que Joshua Bell tocara su violín en el metro de Washington, específicamente en la estación de L'Enfant Plaza, una de las más concurridas de la ciudad. El objetivo era observar la reacción de las personas ante la música de este reconocido violinista en un entorno tan común como el metro.
El 12 de enero, a las 07:51 de la mañana, Bell comenzó su recital de seis melodías clásicas en el subterráneo estadounidense. A pesar de su talento y de tocar un Stradivarius de 1713 valuado en 3,5 millones de dólares, la mayoría de los pasajeros pasaron de largo sin prestarle atención.
La reacción de las personas
En los 43 minutos que tocó, Bell solo logró recaudar 32 dólares y 17 céntimos en su estuche, los cuales fueron donados a la beneficencia. Esta cantidad está muy lejos de lo que los amantes de su música pagan por asientos en conciertos en grandes escenarios.
En contraste, en el concierto que Bell ofreció tres días antes en el Boston Symphony Hall, las personas pagaron alrededor de 100 dólares por asientos decentes. Este concierto tuvo un lleno completo, mientras que en el metro de Washington, solo una persona reconoció al violinista y muy pocas se detuvieron a escucharle.
El experimento reveló que, a pesar de la calidad de la música y del talento del violinista, la belleza pasó desapercibida en un contexto banal y en un momento inapropiado. Solo siete personas se detuvieron a escucharle y 27 decidieron contribuir a la causa donando dinero.
Reflexiones sobre el experimento
Este experimento ha generado diversas reflexiones sobre la importancia de la apreciación del arte en nuestro día a día. Muchas veces, la belleza y el talento pueden pasar desapercibidos en situaciones comunes, donde nuestra atención se encuentra enfocada en otras cosas.
El director de la Orquesta Sinfónica Nacional de Estados Unidos, Leonard Slatkin, mencionó que calculaba que entre 75 y 100 personas se detendrían a escuchar a Bell, aunque no reconocieran su identidad a primera vista. Sin embargo, la realidad fue muy diferente.
El experimento también reveló que la belleza se encuentra en el ojo de quien mira y en el oído de quien escucha. Aunque la mayoría de las personas no reconocieran al violinista, aquellos que se detuvieron a escucharle pudieron apreciar su talento y dominio del instrumento.
El experimento del violinista en el metro de Washington ha dejado en evidencia cómo la belleza puede pasar desapercibida en situaciones cotidianas. Aunque Joshua Bell es reconocido mundialmente como uno de los mejores violinistas, su talento no fue apreciado por la mayoría de las personas que transitaban por la estación de L'Enfant Plaza.
Este experimento nos invita a reflexionar sobre la importancia de estar atentos a la belleza que nos rodea, incluso en situaciones comunes. El arte puede encontrarse en los lugares más inesperados y es importante estar dispuestos a detenernos y apreciarlo.
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