El último moicano es una novela famosa escrita por James F. Cooper en 1826 que ha contribuido en gran medida a la difusión de la cultura mohicana. La historia se desarrolla durante la guerra de los siete años, un conflicto entre Francia y Gran Bretaña por el dominio de las colonias en Norteamérica. La novela retrata la vida y las costumbres de los mohicanos, una tribu indígena que habitaba en la cuenca del río Hudson en Nueva York. A pesar de los errores narrativos e históricos señalados por los críticos, el último moicano ha sido un éxito de público y ha sido adaptada varias veces al cine.
Los mohicanos: una tribu algonquina
Los mohicanos eran una tribu perteneciente a la familia lingüística algonquina. Originalmente se asentaron en la cuenca del río Hudson en Nueva York, pero fueron desplazados hacia Massachusetts en 1780 y finalmente emigraron a Wisconsin entre 1820 y 1830, donde se establecieron en las reservas de los lenapes. Se llamaban a sí mismos muhhekunneuw, que significa pueblo de las aguas que nunca están quietas. Sin embargo, los británicos les dieron el nombre de uno de sus clanes, Lobo, que se derivó a mahican en inglés y luego a mohicano. Actualmente, los mohicanos forman una sola tribu con los lenapes, conocida como la Comunidad Stockbridge-Munsee.
Antiguamente, los mohicanos se dedicaban a la caza, la pesca y la agricultura. Cultivaban principalmente maíz y vivían en bosques ricos en robles, arces, abedules, olmos y abetos rojos. Cazaban osos negros, ciervos, alces, nutrias, castores, visones, linces y pavos, y también se alimentaban de la pesca. Sus poblados se encontraban en las márgenes de los ríos, lo que les permitía abastecerse de agua y comerciar con pueblos vecinos. Sin embargo, con la llegada de los colonos europeos, los mohicanos fueron presionados y se vieron obligados a migrar hacia Connecticut, donde se establecieron en la reserva india de New London County.
Los orígenes de los mohicanos
Se cree que los mohicanos llegaron a América a través del estrecho de Bering. Según la leyenda, un gran pueblo llegó del Norte y el Oeste y cruzó las aguas hasta donde la tierra casi se tocaba. Esto se refiere al Estrecho de Bering, que conecta Asia con América. Los mohicanos llegaron buscando tierras fértiles en la costa y se establecieron cerca de un río al que llamaron Mahicannituck. Eran el grupo más antiguo que se separó durante la larga marcha hacia el este. Siglos antes de la llegada de los europeos, los mohicanos se organizaron en una confederación y su territorio se extendía desde Scoharie Creek hasta el lago Champlain al norte, y desde Vermont y New Hampshire hasta la isla de Manhattan al sur.
Los mohicanos formaron una poderosa confederación junto con los Wetenhuck, los Wayachtonoc, los Mechkentowoon y los Wiekagjoc. Aunque no llegaron a formar parte de la Confederación Iroquesa, que era la unión de clanes más poderosa y estaba compuesta por los Mohawk, los Oneida, los Onondaga, los Cayuga, los Seneca y los Tuscarora, los mohicanos tenían representación en el Gran Consejo a través del Jefe Etow Oh Koam del clan Toompaooh (Tortuga).
La organización social de los mohicanos estaba dividida en tres grandes familias: los Muchquauh (Oso), los Toonpaooh (Tortuga) y los Mechchaooh (Lobo), cada una con su líder. Durante los tiempos de guerra, el Consejo delegaba la autoridad en un Jefe de Guerra elegido por sus habilidades militares.
Vestimenta y actividades económicas
La vestimenta tradicional de los mohicanos incluía una chaqueta cazadora verde oscuro decorada con flecos amarillos. También llevaban gorros de piel y mocasines con adornos llamativos. Solían llevar una bolsa de cuero y un cuerno.
Las principales actividades económicas de los mohicanos eran la caza, la pesca y la agricultura. Dependían de la caza de osos negros, ciervos, alces, nutrias, castores, visones, linces y pavos, así como de la pesca de arenques y salmones. Utilizaban canoas, arpones y redes para pescar en los ríos. Las mujeres se encargaban de las pequeñas plantaciones y de la recolección de frutos. Cuando los hombres regresaban de la caza, se celebraban rituales como el sacrificio del oso y el sacrificio del ciervo, donde se agasajaba a los cazadores con jarabe de savia de arce preparado por las mujeres. En invierno, se dedicaban a la confección de mantas, implementos de caza, armas de guerra y utensilios para el hogar. Si había escasez de alimentos, los mohicanos cazaban en la nieve utilizando raquetas para desplazarse.
Las wigwams y las luchas
Los mohicanos vivían en viviendas llamadas wigwams, que eran generalmente rectangulares y de gran tamaño. Los tejados inclinados estaban cubiertos de corteza de olmo. Cada casa era compartida por varias familias del mismo clan y no tenían ventanas. Tenían una abertura en el techo para permitir la salida del humo.
Con la llegada de los europeos, los mohicanos se vieron envueltos en luchas entre diferentes tribus. Los colonos establecieron alianzas con las tribus indígenas para resolver sus propias disputas. En 1570, los mohawks y los oneidas, armados por los franceses, obligaron a los mohicanos a desplazarse hacia el este, a los estados de Connecticut y Massachusetts. Sin embargo, en 1610, los mohicanos lograron regresar y recuperar sus tierras. En el transcurso de estas luchas, se formaron alianzas entre los mohicanos y los iroqueses, lo que marcó la primera vez que estas tribus se unieron en combate.
El fin de la alianza y el impacto de los europeos
En 1650, los holandeses promovieron una liga de tribus algonquinas para combatir a los iroqueses, lo que llevó a los mohicanos a unirse a esta alianza. Sin embargo, en 1658, los mohawks descubrieron que los mohicanos setutorialn comerciando con sus antiguos aliados, lo que llevó a un ataque contra los mohicanos y su posterior retirada del valle del Hudson.
Los mohicanos sufrieron el impacto de la llegada de los europeos, lo que afectó su cultura y sus costumbres. La artesanía y la fabricación de enseres disminuyó, lo que los llevó a depender del comercio con los europeos. La propiedad de la tierra, que originalmente era comunal, fue parcelada y finalmente terminó en manos europeas. Además, las enfermedades transmitidas por los europeos, como la viruela y el sarampión, diezmaron la población indígena. También se vieron afectados por la imposición de nuevas creencias y la pérdida de sus mitos y tradiciones debido a la influencia de los misioneros europeos.
El último moicano y su legado
La novela el último moicano de James F. Cooper ha contribuido en gran medida a la difusión de la cultura mohicana. Aunque la historia contiene errores narrativos e históricos, ha sido un éxito de público y ha sido adaptada varias veces al cine. La novela retrata la vida y las costumbres de los mohicanos durante la guerra de los siete años, un conflicto entre Francia y Gran Bretaña en Norteamérica. A través de esta obra, se ha mantenido viva la memoria de los mohicanos y se ha generado interés en su historia y cultura.
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