Oliver Cromwell es una de las figuras más divisivas de la historia británica. Fue conocido por ser Lord Protector de la Commonwealth de Inglaterra, Escocia e Irlanda después de la derrota del rey Carlos I en la Guerra Civil. Fue uno de los principales firmantes de la orden de ejecución de Carlos I.
Después de la ejecución del rey Carlos I, Cromwell lideró la Commonwealth de Inglaterra.
La muerte de Oliver Cromwell
Cromwell murió el 3 de septiembre de 1658, a los 59 años. Su muerte se debió a complicaciones relacionadas con una forma de malaria y enfermedad de cálculos renales. Se cree que su muerte se aceleró por la muerte de su hija un mes antes.
Cromwell nombró a su hijo Richard como su sucesor. Sin embargo, Richard no tuvo tanto éxito en el liderazgo como su padre, ya que no tenía una buena relación con el ejército. También hubo conflictos entre el parlamento y el ejército.
En mayo de 1659, Richard renunció al poder, solo 9 meses después de la muerte de su padre. Esto puso fin al protectorado.
El entierro de Oliver Cromwell
El cortejo fúnebre formal de Cromwell fue un gran evento, por las calles de Londres, y se basó en procesiones fúnebres similares para los reyes, especialmente James I. Fue un cortejo elaborado, con personas alineadas en las calles para ver pasar el carruaje desde Somerset House hasta la Abadía de Westminster, donde fue enterrado.
A pesar de haber rechazado la corona durante su vida, su efigie fúnebre de madera que yacía en estado en Somerset House antes de su funeral estaba vestida con ropas, una corona, un orbe y un cetro.
Se hizo un molde de cera de sus rasgos después de su muerte.
La cabeza de Oliver Cromwell
En 1659, Richard Cromwell renunció al poder y Carlos II fue restaurado como rey de Inglaterra, esto se conoció como la Restauración.
Carlos decretó que Cromwell fuera desenterrado de la Abadía de Westminster y que fuera 'ejecutado', a pesar de que ya estaba muerto, por regicidio. Los cuerpos de Cromwell, Henry Ireton (general en el Ejército Parlamentario durante la Guerra Civil) y John Bradshaw (presidente del Tribunal Superior de Justicia) fueron retirados de sus tumbas.
Fueron colgados en cadenas en Tyburn antes de ser decapitados. Sus cuerpos fueron arrojados a fosas comunes y sus cabezas fueron colocadas en picas sobre la sala Westminster.
En una tormenta en 1685, se dice que la cabeza de Cromwell cayó de la pica y fue arrojada al suelo. Desde entonces, se informa que la cabeza ha pasado por muchas manos, en diversas colecciones privadas y museos, incluso siendo exhibida en numerosas ocasiones. Finalmente, fue enterrada en el Sydney Sussex College en la Universidad de Cambridge.
Sin embargo, los historiadores no han podido ponerse de acuerdo sobre si esta cabeza y el cuerpo colgado en Tyburn eran realmente de Oliver Cromwell. Algunos creen que su cuerpo habría sido trasladado entre el entierro y la exhumación para mantenerlo alejado de los realistas enfadados, por lo que el cuerpo en la Abadía de Westminster no habría sido el suyo.
Lo que Oliver Cromwell prohibió
Cromwell era un puritano. Los puritanos eran protestantes que querían purificar la Iglesia de Inglaterra de las prácticas católicas romanas. Creían que la Iglesia de Inglaterra era demasiado similar a la Iglesia Católica Romana y que la reforma no estaría completa hasta que se volviera más protestante.
Durante su tiempo como Lord Protector, Cromwell prohibió o impuso reglas sobre muchas cosas en Inglaterra.
Teatro y peleas de osos
Estos fueron prohibidos. Como formas de entretenimiento, se consideraban pecaminosos.
A nadie se le permitía asistir a los servicios de la iglesia en Navidad y a cualquiera que se creyera que estaba comprando comida para las celebraciones de Navidad se le confiscaba. Los puritanos querían que las personas pasaran la Navidad reflexionando sobre la vida de Jesús en lugar de celebrarla. También se introdujeron días de ayuno mensuales para animar a las personas a centrarse en Dios.
La mayoría de los deportes
Si te atrapaban jugando deportes un domingo, podías ser azotado.
Decir palabrotas
Esto se castigaba con una multa o con un tiempo en prisión.
Trabajar los domingos
Los domingos debían ser tratados como un día especial, sin trabajo ni caminatas innecesarias. Las mujeres que eran sorprendidas trabajando eran puestas en el cepo.
Maquillaje
Esto estaba prohibido y a menudo era eliminado de la cara de las mujeres por soldados que patrullaban las ciudades.
Cromwell es sorprendido por un violinista
En medio de todas estas prohibiciones y restricciones impuestas por Cromwell, hubo un incidente inusual que sorprendió al propio Lord Protector. Según los relatos históricos, Cromwell fue sorprendido por un violinista mientras paseaba por las calles de Londres.
Se dice que el violinista era un virtuoso y que su música era tan hermosa y conmovedora que Cromwell se detuvo a escuchar. A medida que la música llenaba el aire, Cromwell se vio envuelto en la melodía y olvidó por un momento su papel como gobernante autoritario.
La historia cuenta que Cromwell se emocionó tanto por la música que comenzó a llorar. Este encuentro con el violinista dejó una profunda impresión en Cromwell y se dice que influyó en su actitud hacia las artes y la cultura.
A partir de ese momento, Cromwell comenzó a relajar algunas de las restricciones impuestas por su régimen. Se permitió un mayor acceso a la música y el arte, y se promovió el florecimiento de la creatividad en la sociedad.
El legado de Cromwell y el violín
Aunque Cromwell sigue siendo una figura polémica en la historia británica, este encuentro con el violinista muestra una faceta diferente de su personalidad. Muestra que incluso un líder autoritario puede ser conmovido por la belleza y la emoción de la música.
El violín, con su capacidad para expresar emociones profundas y transmitir sentimientos sin palabras, logró tocar el corazón de uno de los hombres más poderosos de su tiempo.
Este incidente también destaca la importancia de la música y las artes en la sociedad. Aunque Cromwell intentó restringir y controlar estas expresiones artísticas, el poder del violín logró trascender esas barreras y llegar directamente al corazón de un hombre.
El encuentro entre Cromwell y el violinista es un recordatorio de la capacidad que tienen las artes para unir a las personas y trascender las divisiones políticas y sociales. La música tiene el poder de tocar nuestras almas y conectarnos a un nivel más profundo.
Aunque Cromwell puede haber sido sorprendido por un violinista en un momento dado, su legado continúa siendo objeto de debate y controversia. Sin embargo, esta historia nos recuerda que incluso los líderes más autoritarios pueden ser conmovidos y transformados por el poder de la música.
Consultas habituales
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