Biografía del violinista ruggiero ricci: virtuoso del violín y discípulo de paganini

Ruggiero Ricci, un virtuoso del violín de la vieja escuela, combinaba el dominio técnico con habilidades excepcionales como comunicador musical. Para él, Niccolò Paganini era el camino para lograr una técnica violinística inigualable, y practicaba los 24 Caprichos de ese compositor para mantener las habilidades que requerían, y por lo tanto, las habilidades necesarias para el repertorio del violín en su conjunto.

A menudo decía que si sentía que su técnica estaba disminuyendo, entonces volvía a Paganini para recuperar su forma de primera clase, con la ayuda de estudios, transcripciones de Chopin y Brahms, y escalas en octavas y terceras. Para equilibrar su amor por el repertorio de fuegos artificiales del siglo XIX, Ricci también se concentraba en JS Bach, y daba recitales sin acompañamiento donde cautivaba a su audiencia alternando entre Bach y Paganini, completando la producción sin acompañamiento de ambos compositores en noches sucesivas.

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Orígenes y formación

Ricci nació en San Francisco en el seno de una gran familia musical italoamericana, y otros hermanos también se dedicaron a la música profesional, aunque no al nivel de su hermano. A partir de los ocho años estudió con Louis Persinger, líder de la Sinfónica de San Francisco y discípulo del gran virtuoso belga Eugène Ysaÿe. El joven Yehudi Menuhin también fue alumno de Persinger.

Prodigio desde niño, Ricci debutó con gran éxito a los 10 años, interpretando el concierto de Mendelssohn en San Francisco y luego en Nueva York. Realizó su primera gira internacional a los 14 años. A través de innumerables prácticas, aseguró que lo que le había venido tan fácilmente de niño no desapareciera con la madurez. Más tarde atribuyó sus influencias no solo a sus maestros, sino también a predecesores como Paganini. Entre aquellos cuyo toque conocía, destacó a Fritz Kreisler y David Oistrakh, especialmente por sus brazos arqueados, y la brillantez pura de Jascha Heifetz, cuyo spiccato le proporcionaba una velocidad incomparable.

Carrera y legado

Durante la Segunda Guerra Mundial, Ricci sirvió en la Fuerza Aérea del Ejército de los Estados Unidos como especialista en entretenimiento, tocando para las tropas. Poco después, grabó por primera vez a Paganini para Vox en discos de 78 RPM, y su reputación como virtuoso intérprete quedó sellada.

Al darse cuenta de que pocos se enfrentaban a Paganini y a material igualmente desafiante, como las variaciones diabólicamente difíciles del himno nacional ruso de Wieniawski, aprendió y ejecutó alrededor de 60 conciertos. Estos incluían obras estándar como el de Beethoven, para él el más perfectamente compuesto de su género, y dio las primeras interpretaciones de los conciertos de Alberto Ginastera (1963) con Leonard Bernstein y la Filarmónica de Nueva York, y de Gottfried von Einem (1970) con Seiji Ozawa y la Filarmónica de Viena. También editó el manuscrito recién descubierto del Cuarto Concierto de Paganini y dio su primera interpretación moderna en 197En total, dio más de 5,000 conciertos en 65 países.

Ricci, al igual que muchos de su generación, solía quejarse del anonimato de los intérpretes modernos y de la homogeneidad del toque cuando los estilos se fusionan entre sí. Esto se debía en parte a la velocidad y facilidad del viaje en avión, que no permitía observar ni preservar identidades nacionales o escuelas de interpretación. Criticaba el surgimiento de competiciones por promover una perfección sin carácter ni personalidad.

Se enorgullecía de que, si escuchaba una grabación de uno de sus estudiantes –Ricci enseñaba en la Escuela Juilliard de Nueva York y daba muchas clases magistrales en cursos de verano–, siempre podía identificar al intérprete. Animaba a sus alumnos a buscar influencias de diversas fuentes, al igual que él lo había hecho.

Grabaciones y legado posterior

Ricci fue el primer violinista en grabar los 24 Caprichos de Paganini en su versión original, y disfrutaba tratando de transmitir en disco algo del calor de una actuación en vivo. Su amplia producción de grabaciones –más de 500– incluye los conciertos de Beethoven (con 14 cadencias diferentes), Brahms (con 16 cadencias), Saint-Saëns, Khachaturian y Tchaikovsky.

Ricci tocaba un violín Guarneri del Gesù de 1734, anteriormente propiedad de Bronislav Huberman. Para él, el sonido de Guarneri (en contraposición al de Stradivari) era una cuestión de preferencia, ya que podía proporcionar el brillo, el color y el ataque requeridos que él buscaba.

Incluso después de retirarse de tocar a los 85 años, todavía daba clases magistrales y lecciones privadas. Su libro ricci on glissando: the shortcut to violin technique (2008) explica técnicas avanzadas de la mano izquierda, con ejercicios y consejos sobre cómo cultivar una posición de pulgar fija a través de la práctica de diversas escalas, resumiendo cómo hacer que lo imposible parezca casi posible.

En sus últimos años, Ricci padeció dolor en las articulaciones y necesitaba el calor y el clima seco del desierto de California. Se casó con su tercera esposa, Julia, en 1978, y tuvo dos hijos y tres hijas.

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Vanessa-Mae

Soy Vanessa Mae, una apasionada del violín reconocida a nivel mundial por mi dedicación a la música. Nací en Singapur y crecí en el Reino Unido, donde descubrí mi amor por este instrumento. Mi carrera musical ha sido una emocionante aventura, marcada por la fusión de la música clásica con influencias modernas. A lo largo de los años, he lanzado álbumes aclamados por la crítica y he tenido la oportunidad de explorar diversos géneros musicales. Además, tuve el honor de representar a Tailandia en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 en Sochi, compitiendo en esquí alpino. A través de mi blog personal, comparto mi pasión por el violín y mi experiencia en el mundo de la música, con la esperanza de inspirar a otros a explorar este maravilloso arte.

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